Yo no tengo tiempo para manejar la insensibilidad de algunas personas; tampoco para conversaciones eternas sobre la vida de otros y que no forman parte de la mía.
Ya no tengo tiempo para lidiar con la hipocresía, ni deseo estar en reuniones dónde solamente desfilan egos inflados, dónde es normal usar caretas, como en un carnaval.
Solo quiero vivir a lado de personas humanas y sencillas, que se rían de sus errores, que no se ciegen con sus triunfos, que no ignoren su mortalidad y que defiendan a capa y espada la dignidad de los marginados, de los indefensos, de los que sufren.
Yo solo quiero a mi lado personas reales, que abracen sus defectos y sus virtudes.
Mi tiempo se ha vuelto limitado para discutir etiquetas, pues mi alma tiene prisa.
Lo esencial hace que vivamos con gozo... solo lo esencial.
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