Hace un año, por confiada y estando profundamente enamorada y ciega, rompieron mi corazón en mil pedazos.
Fué una herida profunda y dolorosa. Poco a poco fuí limpiandola hasta el punto en que cicatrizó...
Esa cicatríz sigue ahí, pero ya no duele; es simplemente un recuerdo y un aprendizaje en mi vida.
Todas las experiencias nos sirven y la mayoría nos fortalecen, nos enseñan nuestros errores o las cosas en las que debemos prestar más atención...
A pasado un año, y estoy decidida a continuar este viaje, ya ligera de equipaje, amándome más que núnca y muy felíz.
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